IGLESIA DE LA VIRGEN DE LA LIENA

La iglesia de la Virgen de la Liena se levanta en lo más alto del casco urbano de Murillo de Gállego, a pocos metros de donde estaba el antiguo castillo.

Murillo de Gállego, junto a la vía romana que comunicaba el Pirineo con el llano, tuvo una importancia estratégica de primer orden. Formó parte de la espesa línea de fortalezas construidas por los reyes de Pamplona en los siglos X y XI para defender sus dominios del enemigo del sur. Entre estas fortalezas podíamos encontrar castillos como los de Loarre, Marcuello, Luesia, Sos, Uncastillo, Agüero, Murillo ...De algunos de ellos sólo quedan restos.

En el lugar donde actualmente se encuentra hoy la Iglesia de La Liena, se encontraba el primitivo pueblo de Murillo de Gállego. Aún pueden verse los basamentos del desaparecido castillo, una necrópolis de tumbas excavadas en la roca y la Iglesia de la Virgen de La Liena , que guarda restos anteriores a la actual parroquia de El Salvador, consagrada en 1.110. Entre el castillo y la iglesia probablemente hubiera alguna casa, como en la actualidad, pero lo que sí está claro es que La Liena fue la iglesia del castillo y la primera parroquia de Murillo de Gállego.

La iglesia está construida sobre una roca cuya forma condiciona la planta del edificio. De la primitiva iglesia queda una ventanilla geminada con dos arcos de herradura inserta en el muro  de saliente. Dicho muro se conserva en toda su integridad. Estos restos podrían fecharse en el siglo X.

Debajo de la peña donde se levanta la ermita se halla una cueva, actualmente tapiada con mampuestos, donde según la tradición fue hallada la imagen de la Virgen. Dicha Virgen es una talla de madera, que al igual que el resto de vírgenes de la época está sentada y sobre sus piernas está el Niño. La Virgen con su brazo izquierdo sostiene al Niño y en su mano derecha sostiene una esfera. El ropaje de la imagen es dorado con adornos en tonos verdes y el del Niño es similar. El niño sostiene en su mano derecha un pajarillo.

Se trata de una Virgen milagrosa, pues se centra en lograr la lluvia para los campos en sequía y en atender a las mujeres durante el embarazo y el trance del alumbramiento, además de las muchas atenciones que tenía con los moribundos y enfermos largamente postrados en la cama.

El edificio primitivo era mucho más pequeño que el actual. Debido al peligro de derrumbamiento que corría, levantaron dentro de ella once pilares de piedra para sustentar la peña. Es por eso por lo que en principio la Virgen, en lugar de llamarse  de La Liena  se llamaba Nuestra Señora de los Once  Pilares. Posteriormente, añadieron otro pilar más.

La actual construcción es mucho más tardía . Cabe pensar que sea del siglo XV porque durante esta época y en toda la región triunfa un estilo constructivo basado en edificios de una sola nave, con arcos fajones apuntados que sostienen una techumbre de madera.

El edificio es de una sola nave y está orientado litúrgicamente. Tres arcos fajones apuntados, que arrancan desde el suelo, sostienen la cubierta de madera y de teja árabe. A los pies del templo hay un coro alto de madera. El suelo es de "calzada", construido con decenas de miles de cantos rodados  del vecino Gállego que forman preciosos dibujos.

El lado del mediodía está protegido por una lonja, sostenida por pilares de piedra octogonales, que cubren íntegramente la fachada. Una gran escalera de piedra da acceso a la misma.

El retablo de la Virgen es barroco churrigueresco y fue mandado construir a principios del siglo XVIII. Consta de tres calles separadas por columnas salomónicas. En la central está la hornacina de la Virgen (la Virgen, por motivos de seguridad, se encuentra en la Iglesia de San Salvador de Murillo), y en las laterales y en el ático cinco lienzos con imágenes de diversos santos y santas.

Hasta hace poco tiempo, este retablo estuvo en su emplazamiento original, en el muro donde está el altar mayor. Debido al descubrimiento de unas pinturas murales de carácter gótico, fue trasladado al muro del Evangelio donde actualmente se encuentra.

A esta iglesia los vecinos de Murillo suben el domingo en que acaban las fiestas de San Bartolomé, el 24 de agosto, el día de la Candelaria ( 2 de febrero) y el día de la Invención de la Santa Cruz ( 3 de mayo) desde donde se bendicen los términos. Antiguamente, también subían el Domingo de Ramos, desde donde comenzaba una procesión hasta la Iglesia de San Salvador.