ERMITA DE SAN CRISTÓBAL
Está situada en la Sierra Caballera, al principio del barranco de Santa Quiteria o de San Cristóbal. El recinto de la ermita fue delimitado en una de las cavidades de la roca situada a unos 30 metros del barranco, a mediana altura, de una enorme pared granítica.
El acceso hasta ella es difícil, relizándose el último tramo mediante una estrecha y empinada escalera de piedra. La roca proporciona el suelo, el techo y uno de los frentes del recinto, que se cierra mediante un largo muro de mampostería levantado en el mismo borde del precipicio.
La cavidad está dividida en varios tramos, de los cuales el central fue la ermita. En ella quedan restos de una mesa altar y un retablo realizado en yeso, probablemente en el siglo XVII, y en el que todavía queda decoración de diseño elemental y de factura grotesca. Sobre el muro, recubierto de cal, se adivinan restos de pintura mural realizada con el esquematismo de las pinturas románicas. El tema de estas pinturas es la Anunciación.
Esta ermita, dedicada a San Cristóbal, parece un antiguo lugar de culto donde un grupo de eremitas practicaron la oración y el silencio. En el siglo XVII, tal vez perdida la memoria de los primeros inquilinos, recibía romeros coincidiendo con la festividad de San Cristóbal en el mes de Julio. Es uno de los conjuntos que mejor representan la forma de vivir el cristianismo en sus comienzos.
Actualmente, el recinto está totalmente abandonado y en ruinas.
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