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ERMITA DE SANTIAGO
A unos setecientos metros, al Este del casco urbano de Agüero, se levanta un espléndido edificio de estilo románico que siempre ha sido tenido como ermita del lugar, aunque su magnificencia denota que su condición de ermita es sólo una impresión puramente topográfica.
El edificio es del siglo XI. Consta de un conjunto de tres ábsides que se abren a otros tantos espacios que constituyen el primer tramo de las tres naves del templo. Cerrado precipitadamente con un muro que cubre los tres arcos de comunicación de este primer tramo con el que le seguiría, fue cubierto con tres bóvedas de cañón apuntado y perpendicular al ábside que le corresponde. En el lado sur de este primer tramo, se abrió la puerta de ingreso al templo, recientemente restaurado por Bellas Artes con gran acierto.
Las bóvedas de cañón apuntado están en varias obras de las Cinco Villas y el mismo tipo de cubierta absidial -bóveda sobre 10 nervios- tiene Santa María de Ejea de los Caballeros. También habrá conexiones entre estas zonas en la escultura de Santiago de Agüero, obra de gran importancia y próxima a la transición al gótico.
El tímpano de la portada sur, única realizada, presenta una bella Epifanía. Apoyada sobre dos modillones esculpidos en forma de animal andrófago -del que salen hombre (lado derecho) y una mujer-, la escena de la Adoración de los Magos. Agüero ofrece un precioso precedente para las Epifanías del Cuatroccento italiano. El mismo tímpano, con el mismo tema, tenemos en la iglesia de San MIguel de Biota y en la de San Nicolás de Frago, ambas en la comarca de las Cinco Villas.
En esta portada hay una preciosa colección de nueve capiteles, que se colocaron en dos fases, en los que podemos ver escenas de centauros, fieras devorando a su presa, luchas de caballeros y el famosísimo tema de la bailarina. En la parte interior de la portada también podemos ver unas escenas de luchas entre guerreros -luchas en las que al musulmán se le representa con escudo redondo y al cristiano con uno apuntado- a caballo. La célebre bailarina, obra que puede servir como firma del que denominamos Maestro de Agüero y que pensamos nada tiene que ver con el conocido Maestro de San Juan de la Peña, es un tema frecuente en las Cinco Villas -Biota, El Frago, Ejea-, en un capitel de San Pedro el Viejo de Huesca y en una escena del ábside románico de la Seo de Zaragoza. Representa a Salomé y se nos presenta en dos tipos: uno iniciando la danza con un arpista y el otro en una actitud increíblemente distorsionada, sueltos los cabellos y acompañada por un pequeño solista de gorro puntiagudo.
En el interior del templo, en el ábside central hay una arquería de arcos ciegos que intenta suprimir la antiesteticidad del muro. Allí hay decoraciones preferentemente de gustos geométricos en las que se introducen elementos de tipo figurativo: monstruos sujetando vides, cabezas, una curiosa cara en el segundo capitel de la derecha y abundantes muestras geométricas de círculos anudados, abiertos o con nudo cerrado, entrelazos.... que nos parecen similares y de la misma mano que los detalles idénticos de la portada de la iglesia cincovillera de Puilampa, obra en la que trabajó el maestro Bernardo y se terminó antes de 1.191.
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Vista del interior de la ermita |
En el exterior de este ábside central hay una imposta esculturada que es de la misma autoría que la otra interior, situada en el ábside de la Epístola. Este friso interior, de apenas catorce centímetros de altura, narra una serie de escenas de la vida de Cristo, más concretamente de la Infancia y de su Nacimiento. Todas las escenas están enmarcadas entre hojas y frutos, cuyas curvas crean un cierto ritmo que genera sensación de movimiento. Las escenas representadas son: la Anunciación, la Visitación, El Nacimiento, la Cabalgata de los Magos hacia Belén, la Adoración del Niño por los Magos, la dormición de éstos y el aviso del ángel, la presentación en el Templo. Sigue una pieza completa dedicada a los Santos Inocentes con Herodes ordenando a los soldados la matanza y con el auxilio de unos sabios que escrutan el nacimiento del Mesías en los libros antiguos. Vemos a continuación el aviso del ángel a San José y la marcha de la Sagrada Familia, de regreso a Israel, con lo que se cerraría el ciclo de la infancia de Jesús. Completan el conjunto histórico del templo, los canetes y los capiteles del interior, a los que se les ha visto relación con los de Santo Domingo de la Calzada.
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